The Un-Changefulness of God – Rev. Grace Reyes
There is a peace in my soul despite the many threats in this world I am at peace because I know that my home is not here on this earth. I want to begin with this statement, so we don’t get this twisted. We are not of this world, but we are called to intercede for those that are lost in it.
The unchangeableness (or immutability) of God is a central theme in the Bible, the Greek word for "immutable" is ἀμετάθετος (ametáthetos), which means "unchangeable" or "unalterable." This word is used to describe something that cannot be changed or is fixed in nature.
A key biblical instance of this word appears in the New Testament:
Hebrews 6:17-18: "So when God desired to show more convincingly to the heirs of the promise the unchangeable (ἀμετάθετον) character of his purpose, he guaranteed it with an oath, so that by two unchangeable things, in which it is impossible for God to lie..."
Another example is the story of Moses, who witnessed God’s faithfulness to the Israelites, bringing them out of Egypt just as He had promised to their ancestors.
Exodus 6:5 states, “And I have also heard the groaning of the people of Israel whom the Egyptians hold as slaves, and I have remembered my covenant.”
God miraculously delivered Israel through Moses, parting the Red Sea and guiding them through the wilderness, proving His unchanging commitment to His people.
God’s Unchanging Plans and Purposes
God’s purposes and promises are steadfast and unchanging, offering a foundation of hope and certainty.
Isaiah 46:9-10: "Remember the former things of old; for I am God, and there is no other; I am God, and there is none like me, declaring the end from the beginning and from ancient times things not yet done, saying, ‘My counsel shall stand, and I will accomplish all my purpose.’"
God’s purpose and counsel are fixed, and He will see them through to completion.
God’s Unchanging Covenant and Promises
Throughout the Bible, God makes promises that He faithfully keeps, showing His reliability.
Abraham experienced God’s unchanging promise to make him the father of a great nation. Even though Abraham and Sarah were childless and old, God remained faithful to His word.
Despite doubts and delays, God gave Abraham a son, Isaac, fulfilling His promise and demonstrating His unchanging covenant.
Numbers 23:19: "God is not a man, that he should lie, or a son of man, that he should change his mind. Has he said, and will he not do it? Or has he spoken, and will he not fulfill it?"
David experienced God’s unchangeable nature through His promises, especially the covenant God made with him regarding his lineage and kingdom.
In 2 Samuel 7:16 The Lord Declares, “Your house and your kingdom shall be made sure forever before me. Your throne shall be established forever.”
Despite David’s failures and challenges, God’s covenant stood firm, leading to the birth of Jesus from David’s lineage, fulfilling God’s promise of an eternal throne.
Elijah witnessed God’s steadfast faithfulness during a time of widespread idolatry in Israel, when God upheld His justice and protected Elijah.
In 1 Kings 17:2-4 states this, “And the word of the Lord came to him: ‘Depart from here and turn eastward and hide yourself by the brook Cherith, which is east of the Jordan. You shall drink from the brook, and I have commanded the ravens to feed you there.” God provided for Elijah during the drought and demonstrated His power at Mount Carmel by sending fire from heaven, affirming His unchanging authority over Israel and their gods.
In Babylon, Daniel experienced God’s unwavering loyalty, even in a foreign land. Despite political challenges and the threat of persecution, God remained with Daniel.
In Daniel 6:22 it reads, “My God sent his angel and shut the lions' mouths, and they have not harmed me, because I was found blameless before him.” We know that God saved Daniel from the lions’ den, affirming that His protection and justice remained constant even outside of Israel.
God’s Faithfulness in Fulfilled Prophecies
God’s unchanging nature is displayed in how He consistently fulfills His promises through prophecy and scripture.
Isaiah 55:11: "So shall my word be that goes out from my mouth; it shall not return to me empty, but it shall accomplish that which I purpose and shall succeed in the thing for which I sent it."
God’s words and promises never fail to come to pass, showing that His intentions remain constant.
Psalm 119:89-90: "Forever, O Lord, your word is firmly fixed in the heavens. Your faithfulness endures to all generations; you have established the earth, and it stands fast."
God’s word is permanent, and His faithfulness spans all generations, indicating His enduring nature.
Through these examples, we see that God’s character, promises, and covenantal relationships remain unchanging across generations and situations. This provided each of these figures, and those who followed them, with assurance and hope.
Hay paz en mi alma a pesar de las muchas amenazas que hay en este mundo. Estoy en paz porque sé que mi hogar no está aquí en esta tierra. Quiero comenzar con esta afirmación para que no la confundamos. No somos de este mundo, pero estamos llamados a interceder por aquellos que están perdidos en él.
La inmutabilidad de Dios es un tema central en la Biblia, la palabra griega para “inmutable” es ἀμετάθετος (ametáthetos), que significa “inmutable” o “inalterable”. Esta palabra se usa para describir algo que no se puede cambiar o que es fijo en la naturaleza.
Un ejemplo bíblico clave de esta palabra aparece en el Nuevo Testamento:
Hebreos 6:17-18: “Por eso, queriendo Dios mostrar más convincentemente a los herederos de la promesa la inmutabilidad (ἀμετάθετον) de su consejo, interpuso un juramento, de modo que con dos cosas inmutables, en las cuales es imposible que Dios mienta…”
Otro ejemplo es la historia de Moisés, quien fue testigo de la fidelidad de Dios a los israelitas, sacándolos de Egipto tal como Él había prometido a sus antepasados.
Éxodo 6:5 dice: “También he oído el gemido del pueblo de Israel, a quienes los egipcios tienen como esclavos, y me he acordado de mi pacto”.
Dios liberó milagrosamente a Israel a través de Moisés, dividiendo el Mar Rojo y guiándolos a través del desierto, demostrando así su compromiso inmutable con su pueblo.
Los planes y propósitos inmutables de Dios
Los propósitos y promesas de Dios son firmes e inmutables, y ofrecen un fundamento de esperanza y certeza.
Isaías 46:9-10: “Acordaos de las cosas pasadas desde los tiempos antiguos; porque yo soy Dios, y no hay otro; yo soy Dios, y no hay nadie semejante a mí, que anuncio lo por venir desde el principio, y desde la antigüedad lo que aún no era hecho; que digo: Mi consejo permanecerá, y haré todo lo que quiero”.
El propósito y el consejo de Dios son fijos, y Él los llevará a cabo hasta su cumplimiento.
El pacto y las promesas inmutables de Dios
A lo largo de la Biblia, Dios hace promesas que cumple fielmente, lo que demuestra su fiabilidad.
Abraham experimentó la promesa inmutable de Dios de convertirlo en padre de una gran nación. Aunque Abraham y Sara no tenían hijos y eran ancianos, Dios permaneció fiel a su palabra.
A pesar de las dudas y las demoras, Dios le dio a Abraham un hijo, Isaac, cumpliendo su promesa y demostrando su pacto inmutable.
Números 23:19: “Dios no es hombre, para que mienta, ni hijo de hombre para que se arrepienta. ¿Ha dicho, y no hará? ¿Ha hablado, y no lo cumplirá?”
David experimentó la naturaleza inmutable de Dios a través de Sus promesas, especialmente el pacto que Dios hizo con él con respecto a su linaje y reino.
En 2 Samuel 7:16, el Señor declara: “Tu casa y tu reino serán firmes para siempre delante de mí. Tu trono será establecido para siempre”.
A pesar de los fracasos y desafíos de David, el pacto de Dios se mantuvo firme, lo que llevó al nacimiento de Jesús del linaje de David, cumpliendo la promesa de Dios de un trono eterno.
Elías fue testigo de la firme fidelidad de Dios durante una época de idolatría generalizada en Israel, cuando Dios defendió Su justicia y protegió a Elías.
En 1 Reyes 17:2-4 se dice: “Y vino a él palabra de Jehová, diciendo: Apártate de aquí, y vuélvete al oriente, y escóndete en el arroyo de Querit, que está al oriente del Jordán; del arroyo beberás; y yo he mandado a los cuervos que te den de comer allí”. Dios proveyó para Elías durante la sequía y demostró su poder en el monte Carmelo enviando fuego del cielo, afirmando su autoridad inmutable sobre Israel y sus dioses.
En Babilonia, Daniel experimentó la lealtad inquebrantable de Dios, incluso en una tierra extranjera. A pesar de los desafíos políticos y la amenaza de persecución, Dios permaneció con Daniel.
En Daniel 6:22 se lee: “Mi Dios envió su ángel, el cual cerró la boca de los leones, y no me hicieron daño, porque fui hallado inocente delante de él”. Sabemos que Dios salvó a Daniel del foso de los leones, afirmando que su protección y justicia permanecieron constantes incluso fuera de Israel.
La fidelidad de Dios en las profecías cumplidas
La naturaleza inmutable de Dios se muestra en la manera en que Él cumple constantemente Sus promesas a través de la profecía y las Escrituras.
Isaías 55:11: “Así será mi palabra que sale de mi boca: no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié”.
Las palabras y promesas de Dios nunca dejan de cumplirse, lo que demuestra que Sus intenciones permanecen constantes.
Salmo 119:89-90: “Para siempre, oh Jehová, tu palabra está firme en los cielos; Tu fidelidad perdura por todas las generaciones; Tú afirmaste la tierra, y ella permanece firme”.
La palabra de Dios es permanente, y Su fidelidad se extiende a todas las generaciones, lo que indica Su naturaleza perdurable.
A través de estos ejemplos, vemos que el carácter, las promesas y las relaciones de pacto de Dios permanecen inmutables a través de las generaciones y situaciones. Esto proporcionó a cada una de estas figuras, y a quienes las siguieron, seguridad y esperanza.